LA ALEGRÍA DE NACER.
Introducción:
El agua está unida a la vida, sin agua no es posible la vida. El agua tiene además un carácter tremendamente religioso y mágico, desde los inicios de la humanidad donde se ha usado para purificar y para sanar.
La vida sin duda empieza en el agua.
El agua nos ayuda a relajarnos y es un elemento que nos da placer. En el agua nuestros movimientos son suaves, no hay impactos, nuestro cuerpo está parcialmente liberado de la fuerza de gravedad y puede moverse en todas las direcciones sin caer.
A diferentes temperaturas tiene variados usos terapéuticos especialmente en articulaciones, ligamentos y relajación.
Ventajas del agua en el parto:
La experiencia regular de uso del agua temperada en el trabajo de parto, data de hace muchos años.
Dolor: su efecto para muchas mujeres en trabajo de parto es “mágico”, relaja y permite mejor tolerancia al dolor.
Para muchas mujeres es la alternativa a la anestesia frente al dolor del parto.
Se usa con dilatación de cuello uterino mayor a 5 centímetros para evitar frenar el trabajo de parto, pero en diferentes casos se puede usar antes, por ejemplo para relajar con buenos resultados.
Existe evidencia científica que fundamenta su uso para tolerar el dolor del trabajo de parto sin riesgos para la madre y el feto. Los trabajos científicos se refieren a inmersión en agua temperada en el trabajo de parto, con nivel de evidencia tipo I.
¡Debe preferirse antes de usar medicamentos o anestesia!
Intimidad: La intimidad es uno de los requisitos básicos para el desarrollo de la fisiología del parto, porque la porción del cerebro que regula el parto y nacimiento no es la corteza, sino el cerebro mamífero o glandular. Es un elemento común con los mamíferos. El agua brinda intimidad, seguridad, privacidad y permite un óptimo desarrollo de la fisiología de las hormonas del parto, como oxitocina, endorfinas, adrenalina entre otras.
El agua permite conectarse con las vivencias y emociones profundas que contribuyen a un nacimiento fisiológico.
Movilidad: El agua ayuda a relajarnos y es un elemento que nos da placer. En el agua nuestros movimientos son suaves, no hay impactos, no hay golpes, nuestro cuerpo flota y puede moverse en todas las direcciones sin caer.
Por la comodidad y posibilidad de relajación la madre se agota mucho menos conservando su fuerza y vigor, especialmente para el periodo expulsivo.
Hidratación: Las madres que están en el agua temperada deben hidratarse por la pérdida de líquidos.
¿Tina grande o tina pequeña?: el tamaño de la tina es variable. Idealmente la tina debe permitir a la madre moverse y poder estirar sus piernas, no debe ser muy ancha para escuchar los latidos fetales y eventuales maniobras de extracción de la madre. La profundidad es importante pues debe cubrir todo el cuerpo dejando libres los hombros, esto quiere decir aproximadamente 60 cms. de profundidad. No olvidar temperar la sala.
Control de dinámica uterina y LCF: El control de las contracciones y los latidos cardiacos fetales, debe realizarse de la misma forma que fuera del agua.
Técnica de asistencia: La madre puede ingresar a la tina sobre 5 o 6 cms de dilatación porque el espacio de tiempo máximo aceptado son 2 horas, luego de este tiempo disminuyen los beneficios y puede requerirse uso de oxitocina artificial. La madre escoge la posición que más le acomode, vale decir de cuclillas o rodillas, al emerger la cabeza se ayuda al recién nacido a salir a la superficie y se deja piel con piel con su madre, manteniendo el cuerpo del recién nacido en el agua. El cordón umbilical se secciona al dejar de latir, salvo en los casos de incompatibilidad de grupo. Se aconseja que el alumbramiento sea fuera del agua. El recién nacido tiene un reflejo que le impide inspirar debajo del agua, que ha sido su ambiente normal.
Infecciones: .No se ha demostrado aumento de infecciones en la madre y el recién nacido, porque el agua no entra en la vagina y el recién nacido está preparado para la colonización de las bacterias de la madre.
Riesgos y Contraindicaciones: El riesgo más importante del parto en agua es la retención de hombros, en esa situación es necesario que la madre salga del agua, por lo tanto la tina debe permitir maniobras por los costados. Con duda de proporción céfalo pélvica o gestantes muy obesas se debe evitar el parto y nacimiento en agua.
La gestación debe ser de término, sin lesiones de piel o mucosas.
Nuestra Experiencia: Desde el año 2009 se comenzó a asistir partos en el agua. Esta alternativa se ha presentado como una opción materna. Nuestro ofrecimiento es alivio del dolor con agua temperada, con sensación de pujo la madre sale normalmente fuera del agua. En estos casos las madres desearon quedarse en el agua a tener su bebé, mas de alguna parturienta dijo ”yo no salgo de aquí”, otras no alcanzaron a salir.
La experiencia de parto en el agua es especialmente hermosa y conmovedora. Son partos muy emotivos con una relación madre hijo(a) muy intensas.
La mujer que ya ha tenido parto en el agua refiere que en su próximo parto su primera opción es tener el parto en el agua.
Al comparar los partos en vertical fuera del agua, tanto de rodillas, cuclillas con apego adecuado, las madres refieren que el parto en el agua es lo mejor.
Estos datos se repiten en las experiencias internacionales con este tipo de parto.
La presencia de desgarros del periné es menor.
Conclusiones: El parto en agua es una tremenda alternativa la cual es posible implementar en nuestras maternidades públicas. Si las madres que han tenido parto en agua dicen que es la mejor opción, tenemos una responsabilidad ética para abrirnos a estos cambios.
Los costos de implementación son bajos.
Es una contribución importante en el área de equidad, pues este tipo de partos solo se ofrece a un segmento muy pequeño de la población con ingresos muy altos.