Nuestra Cultura y Medicina occidental están fundamentadas en la Filosofía de René Descartes, llamada Cartesiana, cuya característica principal es el “imperio” de la razón.
René Descartes nació en Francia (1596 – 1650), el nombre latinizado era Cartesius, por este motivo su filosofía se denomina Cartesiana.
Su tiempo fue conmovido por diversas crisis, las más importantes fueron la caída del geocentrismo, vale decir la tierra ya no era el centro del universo, siendo reemplazada por el sol, el heliocentrismo y la crisis de la Iglesia Católica con las Tesis de Martín Lutero y la aparición del Protestantismo.
De esta forma, los dos grandes fundamentos de la verdad de aquella época, la ciencia y la religión se ven cuestionados.
En este terreno Descartes presenta su filosofía basada en la razón, y con el aporte de muchos otros, constituye el fundamento de nuestra cultura y del quehacer científico y médico de nuestro tiempo.
Nuestra Medicina “científica” actual por lo tanto, también tiene una filosofía, una forma de ver el mundo, una forma de acercarse a la realidad, esto quiere decir que no es neutral, esta filosofía se denomina “realismo materialista”.
Esta filosofía donde se ha construido todo el edificio científico-técnico ha permitido extraordinarios avances, sin embargo este caminar ha hecho peligrar la vida en el planeta, con una alteración en el equilibrio ecológico sin precedentes.
Debemos mencionar que los avances en diferentes áreas desde la física, astronomía, cosmología, biología indican que esta forma de acercarse a la realidad ya no es vigente.
Actualmente de fuentes filosóficas, literarias y científicas, entre otras indican que la esencia del ser humano es el afecto, la ternura, la compasión, en conjunto denominadas por Martin Heidegger como “cuidado”.
El ser humano es un ser de cuidado.
El afecto, la ternura, la compasión, la solidaridad, serían los fundamentos de una nueva cultura, de una nueva ética que posibiliten la existencia humana, que incluyen todo lo que vive en una nueva relación con el planeta, citando a Leonardo Boff.
El “cuidado” se establece entonces como una clave de nuestra existencia. Esta clave se determina sustancialmente en el parto y nacimiento con lo que conocemos como apego. Ciertamente no está todo dicho pero la importancia de este periodo es fundamental.
Para concluir, estos cambios en la asistencia del parto y nacimiento no se limitan a modificar intervenciones como evitar episiotomías innecesarias, parto en posición vertical porque es más fisiológico, etcétera, sino se refieren a generar nueva cultura, una nueva ética que posibilite la vida en el planeta donde todos debemos aportar nuestro grano de trigo.
El cambio es imprescindible para mantener la vida en el planeta, les invitamos a desenterrar los sueños y construir una nueva cultura desde el nacimiento.