Jacqueline P. Hernández Traipe
Llegué el día lunes 8 al hospital, con un poco de temor, pues me habían comunicado que, por una diabetes gestacional no tratada, mi bebé era más grande, pudiendo nacer sólo por cesárea. Obviamente eso me desanimó, porque como madre tenía el sentimiento que me correspondía, darle un parto natural a mi bebé, que sí podía tenerlo, y que sí todo saldría bien.
Para mí, ser madre, además del amor con que esperas a tu hijo, es el amor con que recibes cada contracción, es amar todo el proceso, es saber que eres tú, que con cariño y esfuerzo estás trayendo un hijo al mundo.
Al día siguiente el médico de turno, luego de analizar mi situación junto con su equipo, deciden y confían al igual que yo, en lo que algunos veían imposible podía resultar en un parto exitoso. Aquí, mi alegría ya era inmensa y sólo esperaba con ansias el gran momento.
En la noche del martes 9 de octubre, comenzó mi trabajo de parto, avanzó todo muy rápido. Ingresó mi pareja, mi gran contención, aproximadamente 15 minutos después llega mi bebé gracias al profesionalismo y cariño con que me trató el equipo constituido por el matrón Felipe, la matrona Soledad y la interna Sofía. Resultó todo relativamente fácil y muy satisfactorio a pesar de no haber utilizado anestesia.
Su guía y apoyo junto con mi fe en que todo resultaría, me dieron la fuerza para ser valiente en este lindo proceso.
Gracias eternamente.
Villarrica, 12 de octubre de 2018.
«las mujeres somos diosas», es lo único que se me ocurre expresar en la experiencia de acompañamiento del parto de la señora Jacqueline Hernández Traipe
María Soledad Duran Rivera
Matrona Hospital Villarrica
Ella había tenido 3 partos normales. El último parto asistido también por mi el año 2012. Llegó completa en esa oportunidad, fue un parto muy rápido, el recién nacido pesó 4.096 gramos.
En esta oportunidad estaba triste porque, dado el antecedente de diabetes gestacional no tratada, tenía una estimación de peso fetal de 4.500 gramos y el parto cesáreo era la opción que se le ofrecía. Cada vez que conversábamos, refería que quería un parto normal, que le dieran la posibilidad.
El ginecólogo de turno, acogió su petición para un parto vaginal por esa noche, pero al día siguiente debía resolverse si o si su situación.
Desde ese momento su meta era tener el parto esa noche. Sus contracciones eran de buena intensidad, caminaba, se hidrataba, y en unas horas nos dice que las contracciones son más intensas, ya estaba con 5 centímetros de dilatación, llamamos al marido quien llegó de inmediato. Con una gran sonrisa le dijo «viniste», él le responde «como no iba a acompañarte amor, estaba descansando en el auto afuera del hospital».
Después del encuentro, todo fue muy rápido, ella siempre tranquila, respirando y moviéndose en todo momento. Pasaron unos 30 minutos y nos dice que quiere pujar, pasamos a la sala de parto porque estaba con dilatación completa.
En los casos de bebés grandes, el tiempo de dilatación se mantiene, donde hay dificultad es en el tiempo de rotación de la cabeza y principalmente la salida de los hombros. Pero, todo aquí fue «una danza», sentada en la silla su pareja sosteniéndola por la espalda, la cabeza sale con toda tranquilidad, con solo un pujo, y para la salida de los hombros sólo elevamos las piernas – sugerencia hecha por el médico de turno, en conversación previa de análisis del caso – y sin mayor dificultad llegó Martin esteban a las 00:42 horas del 10.10.2018. Emoción completa de partes de los padres, lágrimas de alegría… y nosotros en silencio admirando y agradeciendo la posibilidad de participar en este prodigioso momento.
No termino de admirar a mi género por esta, tan grande posibilidad de parir. Por nosotras las mujeres se perpetua la especie. Maravillada en todo lo que la palabra significa por esta mujer, Jacqueline, que desafió a la medicina obstétrica y trajo al mundo a Martín pesando 4870 gramos y sin un solo desgarro o fisura en sus genitales, ni vagina.
Se lo dije muchas veces lo grande y corajuda que fue por todo lo que hizo por tener un parto natural.
Mis respetos a ti preciosa mujer y también eternamente agradecida por dejarnos participar en este círculo de amor.
Gracias también por darme el permiso de contar tu historia para que otras mujeres se miren en ti y sigan tu ejemplo.
Villarrica 12.10.2018