El apego desde la mirada obstétrica

Dr Hernán Santander Martínez
Gíneco Obstetra
Marzo 2021
Editor rednacer.

INTRODUCCIÓN.

En el área del vínculo materno filial y sus trastornos en la infancia, se han logrado intervenciones notables en nuestro país, con políticas de estado y con amplia y sostenida participación de equipos de profesionales, en forma relevante de los sicólogos. Esto no ha ocurrido de la misma manera en el parto y nacimiento, donde todavía se mantienen prácticas rutinarias perjudiciales en muchos centros de atención, quedando mucho por hacer.

El equipo obstétrico y perinatal, debe asumir un rol protagónico en el cuidado del vínculo de la díada materno filial, desde la concepción hasta el puerperio, sin dañar los procesos fisiológicos, creando nuevos y óptimos espacios de vinculación tanto para los cuadros fisiológicos como patológicos.

Hasta el siglo pasado la relación de la díada, estaba cimentada en la alimentación. Actualmente, el conocimiento científico con bases sólidas, fundamenta la relación de la diada en el afecto, normalmente unido a la alimentación.  

La calidad de este vínculo afectivo, conocido como apego, se relaciona con la salud integral de cada persona a lo largo de su vida y vuelca la mirada hacia la importancia fundamental del sentimiento en nuestra vida. 

ANTECEDENTES HISTÓRICOS.

La importancia del afecto en la persona humana está presente en escritos muy antiguos y no parece un área de discusión, sin embargo, no se encuentran antecedentes que dieran pie, a alguna estructura social. Confucio, 5 siglos A.C. y Jesús, consagran el amor como esencial y trascendente en el proyecto humano. La enseñanza de Jesús del afecto y la compasión que generó un gran movimiento religioso, que pudo haber logrado algún tipo de sociedad, fue absorbida e integrada al sistema político del imperio romano en el siglo IV por el emperador Constantino.                                                      

Otro aspecto relevante de referencia, se relaciona con la consolidación sustancial que se dio a la razón, a la inteligencia, desde el siglo XVII, con el lema “pienso y luego existo”, descartando y separando toda relación con el resto de los mamíferos. 

Respecto a la mujer gestante, persiste la cultura del siglo pasado de “embarazada”, de paciente en una situación de riesgo y fragilidad permanente. Desde estos conceptos que impregnan la cultura, el parto debía estar lo más alejado de la parición que nos recuerden la “animalidad” y el mundo mamífero, de lo cual estaríamos absolutamente separados. Debe ocurrir con anestesia, o lo más moderno, por cesárea para diferenciarse de los pobres del planeta, que paren sus crías y dan pecho. El recién nacido debe ser separado inmediatamente de su madre para garantizar la seguridad y evitar una relación que dañe al nuevo “producto”, concepto de la economía de mercado, muy usado en la escuela norteamericana. Es motivo de gran controversia mencionar que, la conducta rutinaria en los centros de atención maternal ha sido la separación del recién nacido de su madre, inmediatamente después del parto por alrededor de 24 horas.

La lactancia materna, vestigios de lo primitivo, debe ser reemplazada por una nodriza o por lo más moderno, la lactancia artificial, que fue promovida por la mayor empresa de productos lácteos a nivel mundial.  Esta es nuestra historia, “así nos nacieron”. Pero… ¿esto es el pasado?

Esta cultura se ha ido modificando paulatinamente con los múltiples cambios desde la esfera económica, social y política. El conocimiento, desde la filosofía de Heidegger en el siglo XX, hasta la “versá popular”, rescatan el “cuidado” como “lo que nos hace humanos”, y con un heterogéneo movimiento de cambio en la mirada de la salud, han ido logrando una nueva cultura de gestar, del parir y del nacimiento, porque la obstetricia es extraordinariamente influida por la cultura.                                                                                                                

JOHN BOWLBY. 

Respecto al área del vínculo de la díada, se puede, con fundamento, señalar como referencia ineludible la teoría del apego de Bowlby y los trabajos experimentales de Harlow, para lograr una comprensión inicial en esta amplia área que trata la importancia del afecto y del vínculo en y entre las personas. La teoría de Bowlby en conjunto con diversos investigadores y estudios en animales ha generado un gran desarrollo científico, centrado en la importancia del vínculo, desde la gestación hasta su desarrollo post nacimiento, el cual determina la salud integral de cada persona.

John Bowlby, 1907-1990, fue un sicólogo inglés que desarrolló la teoría de la necesidad parental en el desarrollo infantil. En su tiempo se creía que la relación madre e hijo, el afecto, podría producir un gran daño, por lo tanto, fue criado por una niñera, en su infancia veía a su madre solo una hora. Su experiencia de separación y ansiedad, la documentó como “sus recuerdos más terribles”. Se cree que esta infancia sería una fuente de sus estudios posteriores y de su teoría del apego, en conjunto con estudios realizados con delincuentes y menores mal adaptados.                                                                            

La trascendental teoría del apego de Bowlby, fue sustentada posteriormente por Harry Harlow, un sicólogo norteamericano, en experimentos con monos, donde estos debían optar entre el alimento o permanecer con modelos maternos. Sorprendentemente los monos prefirieron permanecer con los modelos maternos, reafirmando la teoría de Bowlby.

La calidad de este vínculo desde el nacimiento, determina la calidad de vinculación en la vida adulta, y la posterior gestación.                                        

EL VÍNCULO MATERNO FETAL. 

La creación del vínculo de la díada, se desarrolla desde la gestación, en lo que se denomina vínculo materno fetal. El vínculo materno fetal ha cobrado mucha relevancia en las publicaciones científicas de los últimos años.

El vínculo materno fetal se refiere al sentimiento de afecto y sensibilidad que la madre desarrolla por su feto en el transcurso de la gestación, lo cual genera diferentes conductas, actos, que indican preocupación y cuidado por su feto. Son prácticas saludables y estados de bienestar materno. En la calidad de este vínculo participa el sistema endocrino, con elevación de los niveles de oxitocina en la gestante, hormona que influye en la conducta y produce estados de bienestar.

La relación materno fetal influye en forma importante en la fundación de la vinculación después del nacimiento.                                                                                

Por lo tanto, determinar las características de la relación materno fetal, es de vital importancia para entender las adaptaciones en el transcurso de la gestación y los procesos posteriores.

Identificar carencias en esta relación nos deben alertar para buscar intervenciones y alternativas para optimizar su calidad, las cuales están en estudio. Este campo terapéutico tiene todos los caminos por hacer.                                                              

EL PARTO Y NACIMIENTO EN GESTACIONES FISIOLÓGICAS. 

El desarrollo del parto en forma fisiológica, es el óptimo alcanzable para permitir el vínculo posterior.

Es necesario insistir e integrar en la rutina obstétrica, que el ambiente donde ocurre el parto, tiene un rol fundamental. El ambiente, desde la puerta de entrada de la unidad maternal, incluyendo en forma relevante a todo el personal obstétrico, debe imitar el hogar, con silencio, poca luz, en intimidad, privacidad y seguridad.                                        

Para el óptimo desarrollo del parto y nacimiento fisiológico es condición sine qua non, la asistencia de la matrona o matrón motivados y capacitados, cuya formación urge cambiar.                                                                         

UN FENÓMENO ÚNICO.

Algunos minutos después del nacimiento, en los partos fisiológicos sin intervenciones, el equipo de obstetricia vuelve a descubrir un fenómeno único entre la madre y el recién nacido. Se expresa en un particular encuentro visual entre el recién nacido y su madre con características extremadamente conmovedoras, que rebasa al equipo obstétrico presente y es referido como una experiencia maravillosa por la madre, en contradicción con el gran esfuerzo de todo el parto.

Este momento escondido en las intervenciones obstétricas necesarias y en muchas ocasiones rutinarias, tiene una sorprendente base endocrina, porque se produce liberación de gran cantidad de oxitocina, la llamada hormona del amor, y es determinante en el resto de los mamíferos.

La oxitocina influencia la conducta humana, si incorporamos las investigaciones científicas recientes que muestran que la oxitocina puede producir fenómenos plásticos en el cerebro y cambiar la genética celular, produciendo cambios permanentes, modificando la estructura y función neuronal, tanto como la expresión de los genes en forma permanente, se puede, con estos elementos científicos inferir, que la forma de nacer es importantísima para la calidad del vínculo y la vida social humana y lo cual debe continuar a través de toda la vida.

La obstetricia del siglo XXI debe despegar del temor de la enfermedad o la muerte  y posibilitar el sueño de cada persona que nace.                                                              

Cobra mayor fuerza el lema de M. Odent, “si queremos cambiar el mundo, debemos primero cambiar la forma de nacer”.                                                                                                                      

LACTANCIA.

La succión de calostro por el recién nacido en la primera hora después de nacer, tiempo denominada como “Golden Hour”, por diversas publicaciones y reconocida por la Organización Mundial de la Salud, asegurará una lactancia exitosa.  Esta “Hora de Oro” es válida también para las cesáreas.

Notablemente, se ha sumado a esta vuelta al parto y nacimiento fisiológico, una serie de descubrimientos que reiteran la relevancia del parto vía vaginal y la lactancia, porque permiten el traspaso de la microbiota materna al recién nacido. La microbiota, con diversos mecanismos, participa en el desarrollo del cerebro del recién nacido.                                                                                               

EL VÍNCULO EN GESTACIONES NO FISIOLÓGICAS.

La necesidad y urgencia de vínculo en gestaciones no fisiológicas es aún mayor. La Hora de Oro cobra vital importancia en las cesáreas y buscar alternativas para mantener el contacto piel a piel en los recién nacidos que requieran hospitalización, son esfuerzos básicos en la medicina actual.

¿Cómo darle calor y afecto a cada intervención? Surge aquí, una nueva área en el ámbito de la salud, denominada Humanización de la Medicina, que mejorará los resultados y le dará un nuevo vigor al equipo humano, pero requiere profundos cambios educativos.

Que más evidente, como el afecto es una profunda intervención curativa que, conversando en la historia con Florence Nightingale, la pionera de la enfermería moderna, quien sumando cuidado y afecto disminuyo notablemente la mortalidad de sus enfermos, “su sola presencia era un recurso de alivio y curación”.  

Desde la gestación hasta el duelo, las posibilidades de ir incorporando el afecto y el cuidado, nos vuelven hacia lo sustancialmente humano. Un hermoso ejemplo es el de la “madre canguro” en los partos prematuros. Si el óptimo para el vínculo es el parto fisiológico, el equipo obstétrico debe tener alternativas para los partos intervenidos, como el apego en las cesáreas, sin generar sentimientos de culpas en la madre por ninguna razón, cuando el parto fisiológico no es posible.                                                                                                                          

CONCLUSIÓN. 

El rescate del apego, como eje que sustenta la salud de cada persona y la sociedad, abre puertas muy cerradas, conectadas con la historia dolorosa de la humanidad. Incorporar sistemáticamente el afecto, la ternura en el tejido médico y en el equipo de salud, nos trae un poco de aire fresco y de esperanza futura de una construcción sustentable de la casa común.

Cautelar la calidad del proceso de vinculación, a nivel de la promoción y prevención primo secundaria es tarea de todos los profesionales de la salud y responsabilidad de la sociedad entera.

Si sumamos la Bondad, elemento sustancial de la Ético en el camino humano, nos acercaremos a una nueva re-ligare con nosotros mismos, con los demás y con el planeta, sediento de un canto nuevo. 

Comencemos a hacer nuestro aporte, que hasta el momento poco o casi nada hemos hecho.

Bibliografía.

  1. Crececontigo.gob.cl. Ministerio de Desarrollo Social y Familia. Gobierno de Chile.
  2. Bowlby J.Attachment and Loss. London, England:Penguin. 1969. 
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  5. Scheffler,K et al Effect of a mindfulnees-based pilot intervention on maternal-fetal bonding. International Journal of Women´s Health. 2019:11. 377-380. 
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  7. Miller,TV and Caldwell HK.Oxytocin during development: possible organizational effects on behavior. Front. Endocrinol.(2015) 6:76.
  8. Sadler,M. Así me nacieron a mi hija. Aportes antropológicos para el análisis de la atención biomédica del parto. http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/122662.

1 comentario en «El apego desde la mirada obstétrica»

  1. El profesor Santander es reconocido como el padre del parto humanizado en Chile. Recibió un sentido y tardío reconocimiento a su trayectoria por parte del Cedip-UC el 27 de Septiembre del año 2018, la misma fecha en que este año nuestros internos -tras intensas cavilaciones- se inclinaron por la leyenda presente que constituye Hernán, y un grupo de médicos que lo seguimos admirando y queriendo desde que lo conocimos. La revolución de Hernán, sus colegas y ahora también premiados maestros del Hospital Clínico de Villarrica, representan el puñado de peregrinos que lo acompañaron desde esta ciudad hermosa pero lejana, construida y reconstruida varias veces y por lo mismo, quizás el único lugar cuyo equipo humano pudo ser capaz de iniciar una revolución que todavía no acaba.

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